Aquella escena que yo imaginaba cuando te quitaban los cromos y te los rompían era muy parecida a otras que ya había vivido cuando era una niña…
Siempre son escenas de impotencia que duelen en el alma y que, aunque tengas los años que tengas, nunca estás preparado.
Creemos en un mundo mejor porque la realidad nos parece imposible.
Te quiero, Lucía.