¡Y Lucía también !

2013-11-29 17.40.46

Cuando te quedas embarazada de un segundo hijo piensas en la alegría que esto puede causar. También piensas en que será más fácil, ya has aprendido muchas cosas y no será como cuando eres primeriza. Yo además de no creerme que estaba embarazada por lo que costó mi primer embarazo, las cosas fueron muy diferentes. No sabía si llorar o reír, fue un cúmulo de sentimientos bastante extraño.

Me quedé embarazada de Marcos cuando Lucía tenía tres años, llevábamos un año y pico con el diagnóstico y estábamos muy perdidos, mucho. El miedo que teníamos a que le pasara lo mismo hacía que no viésemos las cosas buenas que nos iba a traer. Hay un porcentaje bastante alto de que cuando hay un familiar con autismo y sobretodo hermanos, vuelva a suceder.

Durante el embarazo me propuse no pensar mucho en eso, pensaba que quedaba mucho para que le pudiésemos ver algún indicio, aún así era inevitable. Hay muchas familias con varios casos de hermanos y por qué no nos iba a tocar a nosotros. Tampoco era tan raro pero conseguimos no agobiarnos mucho.

Un día antes de mi cumpleaños nació Marcos, era precioso, tan bonito….

Recuerdo cuando salí del hospital con él en brazos y vi a Lucía, entonces me agaché para que lo viese y me lo quería quitar para que la cogiese a ella como diciendo «déjalo  y vente conmigo». En los primeros meses Lucía no hacía demasiado caso a Marcos, le molestaba bastante cuando lloraba, creo que debido a su sensibilidad de los sentidos y no se acercaba mucho. Marcos fue desarrollándose sin ningún problema y mirado con lupa, no se me escapaba nada que pudiese tener algo que ver, pero con suerte no ha sido el caso.

Cuando empezó a gatear y poder desplazarse empezó a ir detrás de Lucía, no la ha dejado desde entonces. Hace lo que sea para llamar su atención y jugar con ella y ella cada vez responde más. Yo no sé hasta qué punto él se da cuenta, en alguna rabieta se sienta en el suelo con algún juguete y no dice nada hasta que no se pasa.

A Lucía es lo mejor que le ha pasado, por supuesto fácil no ha sido, pero tiene un campeón a su lado que se merece lo mejor de este mundo. Es la alegría de nuestra casa y cada vez que le preguntas si vamos a hacer algo te contesta: » y Lucía también»

Te quiero mucho príncipe, sigue así de valiente que con dos años ya lo has demostrado. ¡Tú sí que eres un hermano!

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