Aquel día…

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Y así, después de mucho esperar,
un día como otro cualquiera,
decidí triunfar…
Decidí no esperar a las oportunidades,
sino yo mismo buscarlas.
Decidí ver cada problema como
una oportunidad de encontrar una solución.
Decidí ver cada desierto como
una posibilidad de encontrar un oasis.
Decidí ver cada noche, como
un misterio a resolver.
Decidí ver cada día,
como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival
no eran más que mis propias limitaciones.
Y que enfrentarlas era
la única y mejor forma de superarlas.
Aquel día…
descubrí que yo no era el mejor
y que tal vez nunca lo hubiera sido.
Dejó de importarme
quien gana o pierde.
Ahora me importa simplemente
saber mejor qué hacer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima,
sino dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo,
es poder llamar a alguien «amigo»
Descubrí que el amor
es más que un simple estado de enamoramiento.
El amor es una filosofía de vida.
Aquel día dejé de ser un reflejo
de mis escasos triunfos pasados
y pasé a ser una tenue luz en el presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz
si no iluminamos el camino a los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas…
Aquel día aprendí que los sueños
existen para hacerlos realidad.
Y desde aquel día
ya no duermo para descansar,
simplemente duermo para soñar

Fuente original: http://m.youtube.com/watch?v=okiX-qk-BRk&feature=youtu.be .

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