Un día cualquiera…

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Todos los días nos levantamos con ganas de aprender cosas nuevas, de tener algún avance.Nos lavamos la cara y nos vamos al cole. Lucía casi siempre va contenta y obediente. Como ya he comentado en alguna ocasión, Lucía va a un aula específica de autismo, para nosotros el aula 10. Allí pasa parte de la mañana y después vienen a recogerla sus compañeros del aula ordinaria donde pasa el resto del tiempo.

Cuando llegamos al cole dejamos primero a Marcos y después tenemos que ir al aula 10. Es una rutina, algo que siempre hacemos igual para que ella se sienta segura sabiendo qué le toca hacer. Esto para Lucía y casi todos los niños con autismo es muy importante, anticiparle siempre las cosas que van a hacer ya sea con gestos, pictos o verbalmente.

Pues todos los días al dejar al pequeño nos vamos para el aula 10 y antes de llegar pasamos por un aula que están los niños de su clase ordinaria en fila para salir. Casi siempre pasaban delante de nosotros mientras Lucía se quitaba el abrigo y nos saludaban muy contentos.

Para mí era duro pensar que mi hija podía ir en esa fila y no iba, intentaba pensar en otra cosa y con el tiempo me fui acostumbrando y bueno… no es que no me doliera pero lo veía un poco diferente.

Hace dos días al pasar por ese aula Lucía se paró a mirarlos y parecía que quería entrar, Normalmente no les suele hacer caso aunque cada vez más, pensamos que a lo mejor quería un juguete y la dejé entrar para ver lo que era. Para mi sorpresa no quería el juguete, se fue andando hasta el final de la fila, miró al niño, le sonrió y muy, muy despacito le cogió la mano. La fila empezó a andar y fueron de la mano todo el camino.

Yo no me lo podía creer, ¡madre mía! ¿la has visto? le preguntaba yo a Mónica sin poder creérmelo.

Ya sabemos que para ella es muy difícil hacer este tipo de cosas, pero cada vez las está haciendo más y lo mejor de todo, espontáneo. Se ha hecho muy buen trabajo en el cole y en FAD, y ahora se empieza a ver resultado. Muchas gracias a todas y a todos los niños.

Para nosotros es un gran avance, lo que para otros niños es lo más natural, nosotros tenemos que trabajarlo y trabajarlo hasta conseguirlo y cuando eso pasa no se puede explicar que se siente. Es emocionante…

Hace dos días que lo hizo y lo ha seguido haciendo, para mí es precioso verlo, mucho, mucho trabajo para conseguir estas cosas pero merecen la pena. Todo esto me hace pensar que tengo que seguir trabajando mucho y no rendirme.

Sigue así princesa, nadie dijo que fuese fácil pero tampoco dijeron que no se podía conseguir.

¡Nadie dijo que fuese fácil ser una princesa!

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