Impresiones

He pedido a la gente que han ido leyendo el libro «Educación, hándicap e inclusión» de Nacho Calderón que nos vayan dejando sus impresiones, lo que opinan y para qué les ha servido.

Aquí os dejo dos, esta vez son dos mamás,  pero espero que poco a poco se vayan animando más gente. Quien quiera hacerlo,  puede enviarme su texto a lahabitaciondelucia@hotmail.com Gracias

Paula Verde:

Cuando terminé el libro el año pasado compartía esto desde «Mi mirada te hace grande»

«#diadellibro «Educación, hándicap e inclusión»

Y ahora que lo he terminado ya puedo decirlo, no solo lo recomiendo si no que, en mi humilde opinión, es necesario para todos e imprescindible para las familias que convivimos con la diversidad funcional y creemos en la inclusión educativa real.

Revelador y lleno de esperanza narra una experiencia real de lucha incansable, trabajo conjunto y superación personal.
Completo, variado y participativo se lee sin a penas enterarte de todo lo que estas absorviendo.
Un libro que me ha abierto los ojos en muchas ocasiones y en otras los la llenado de emoción sobre todo con esos testimonios puntuales tan llenos de humanidad de padres, hermanos y su amigo…
Y es precisamente del testimonio del amigo de Rafael de quien voy a compartir hoy una parte, para mi clave de muchas cosas, no hay más que leerlo para entender de lo que estoy hablando…

Gracias Nacho y felicidades… continuaré leyéndote.»

Noelia Bustamante:

Reflexión personal del libro «Educación, hándicap e inclusión», de Ignacio Calderón Almendros.
Para mi el libro está cargado de realidades. Es un claro reflejo de el daño que hace la educación en los colegios a los niños con necesidades educativas diferentes. Un reflejo de como se les discrimina en vez de tenderlos una mano y hacer un esfuerzo por comprenderlos e integrarlos en las clase como uno más. Un reflejo de la poca empatía que tienen algunos profesores con ellos y las pocas ganas de ponerse a trabajar para que salgan a flote todas sus capacidades y su potencial. Es una realidad que viven muchas familias por desgracia todos los días. Una lucha aveces contracorriente cuando debería por derecho ser todo lo contrario. Un libro que debe de llegar a todos los colegios y a todos los orientadores para que se den cuenta que estos niños tienen muchas cualidades, no sólo dificultades, que dejen de verlos como estribos y comiencen a verlos como un reto, por que son personas extraordinarias merecedoras de formar parte como los demás, de esta sociedad que nos pertenece a todos. Que sirva este libro para abrir la mente a la sociedad a veces tan desprovista de empatía y humanidad.

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