Te conocimos cuando Lucía tenía dos años, cuando todo se derrumbaba delante de nuestros ojos…
Después de cinco años tengo que darte las gracias por tantas cosas que no acabaría nunca.
Hoy, después de verte como casi se te saltan las lágrimas por impotencia de no poder hacer más con tus niños del aula, tengo que decirte que ojalá muchos niños tuvieran la suerte de tener una profesora como tú.
Para nosotros has sido y eres un pilar muy importante en nuestras vidas, tanto que nunca te podrás imaginar.
Ayer alguien me dijo que no me durarías toda la vida, que Lucía se haría mayor y cambiaríamos de colegio…seguro que donde vayamos habrá buena gente pero como tú ninguna.
Gracias Ana por tantas conversaciones que, aunque siendo muy duras a veces, han hecho que no me rinda nunca.
Te queremos muchísimo!!!!
Esto es una lanza a favor por todos los profes buenos, que también los hay. Por su implicación en los niños y familias.